La silla es una de las partes del mobiliario
que más utilizamos. Sin embargo, estar sentados lo hagamos como lo hagamos
tiene una repercusión negativa sobre nuestra columna, es pura física, y paso a
explicarlo:
- La trasferencia de peso hacia el suelo a través de las
piernas es mínima. Se incide directamente sobre la zona lumbar sin que los
glúteos realicen una función de asistencia sobre la espalda.
- Además no solemos utilizar el respaldo adecuadamente, por lo que la pelvis se nos va hacia atrás (retroversión) y cambiamos las curvas de la columna a una flexión mantenida y estática, lo que termina produciendo molestias y dolor a medio plazo. Resumiendo, es importante que su elección sea meditada y acertada.
Una silla de comedor suele utilizarse para
sentarse frente a la mesa. Habitualmente nos sentamos erguidos, ligeramente
inclinados hacia delante, con los brazos apoyados sobre la mesa.
El tipo de actividades que realizamos sentados
es muy variado, al igual que el tipo de personas que se sientan en una silla
(hombres, mujeres, niños y mayores de
distinta complexión, talla, etc.).
Para escoger una silla es necesario observarla
y probarla. Te contamos cómo puedes comprobar en 9 pasos que tu elección es la
óptima.
1º El primer paso:
sentarse y probarla.
Antes de comprar una silla, aunque parece algo
obvio, siéntate en ella. Es muy importante que apoyes la espalda en el
respaldo y los pies en el suelo, de esta forma puedes comprobar que la altura y
la profundidad de la silla son las adecuadas. Valora la confortabilidad de la
postura y si te encuentras incómodo,
prueba otra.
Son preferibles las sillas algo pequeñas a las
muy grandes ya que resulta muy incómodo estar con los pies colgando. Si es éste
el caso sugiero utilizar un reposa-pies aunque tiene sus pros y sus contras.
Si la
silla es demasiado baja puede ser difícil levantarse, sobre todo para personas
con necesidades especiales, mayores o con movilidad reducida (dolor, rigidez,
etc.).
2º La importancia del
asiento y sus dimensiones.
Las características del asiento deben ser
aquellas que mejor se ajusten a tus necesidades.
Es importante saber que el respaldo debe
formar un ángulo de entre 110º y 120º. Puede parecer mucho pero creedme que
cuando el ángulo de la cadera está más abierto, menos tensión existe en psoas y
por consiguiente más comodidad y menos carga en la zona lumbar. Además, en la
parte inferior debe quedar un espacio libre que permita la movilidad de las
piernas. Así mismo comprueba que los muslos no sobresalen por delante ni por
los lados.
3º Un respaldo
adecuado es garantía de bienestar.
La silla debe tener respaldo. Éste tendrá la
forma y dimensión adecuadas, ofreciendo la posibilidad de regular la flexión y
extensión (recordad, entre 110 y 120º).
Comprueba que mientras estás sentado en
posición erguida pero relajada, notas un apoyo completo de la espalda
sin necesidad de forzar la postura. Insisto, tenemos que utilizar el respaldo.
El apoyo en la zona lumbar es especialmente
importante y debe estar situado un palmo por encima del asiento. Comprueba que
el respaldo permite el apoyo en esa zona y te sientes cómodo.
4º Los reposa-brazos y
la mesa, una relación a tener en cuenta.
Si la silla dispone de reposa-brazos, es
importante comprobar que podemos acercarnos a la mesa sin dificultad. A mí
no me gustan los reposa-brazos, directamente los quitaría de casi todas las
sillas por diversas razones:
- Ofrecen cierta dificultad para acercar la silla a la mesa y reduce el movimiento en ella.
- Al poyar los antebrazos, normalmente se tiende a acentuar la flexión de columna, adoptando posturas inadecuadas. Reitero que los quitaría.
La separación de los reposa-brazos está
condicionada por la anchura de las caderas.
5º Observa los
detalles y el acolchado del asiento.
Si el asiento de la silla no es acolchado, la parte posterior
puede estar hundida unos 3 cm y la parte delantera algo curvada hacia abajo. Comprueba
además, que no tenga formas ó relieves
muy marcados.
6º Fácil transporte,
menor esfuerzo.
La silla debe poder ser transportada con
facilidad ya que se trata de un elemento del mobiliario que podemos cambiar de lugar
dependiendo de nuestras necesidades. Es conveniente que disponga de al menos
5 ruedas que funcionen de forma adecuada.
Mi última silla la compré en un
establecimiento muy famoso por su diseño y precio, la monté completamente (incluso para mí fue fácil). Es una silla preciosa de un color rojo “Ferrari” muy
atractivo, funcional y con sus "palanquitas". En fin, lo tiene todo
salvo que las ruedas giran poco y mal. La consecuencia de éste mal
funcionamiento es que ando cargándola por toda la casa para evitar que estropee
el suelo.
Prueba a levantarla para trasladarla a otro
lugar de la estancia. El esfuerzo realizado debería ser mínimo. Todo lo que
excede de 10 kg. es mucho.
7º Sobre todo firmeza
y estabilidad.
Para verificar la firmeza y estabilidad de la
silla siéntate sobre los extremos y comprueba que no vuelca ni se levanta
ninguna de sus patas.
8º ¿Estoy cómodo
sentado a la mesa?
Al sentarte frente a la mesa debes poder
apoyar los codos sin necesidad de levantar los hombros. La altura de la mesa no
debe ser excesivamente baja ya que obligaría a encorvar el tronco. Entre la
parte inferior de la mesa y tus muslos debe quedar un hueco de al menos 3 cm.
9º ¿Quién se sienta en
mis sillas?
A la hora de comprar una silla piensa quién va
a sentarse habitualmente. Si en la familia hay mayores, niños o personas con
movilidad reducida ten en cuenta sus características singulares y necesidades.
Natxo Ruiz de Alegría
Diplomado en EF
Técnico superior en PRL y Ergonomía