La función principal de tus
músculos del suelo pélvico es la de sostén, como si fuese una hamaca,
tus órganos internos tales como recto, vejiga, vagina, útero o próstata.
¿Pero qué es el suelo pélvico? Es
un conjunto de músculos (fundamentalmente el elevador del ano), nervios
(el principal es el pudendo que se origina en las raíces nerviosas de S2, S3 y
S4) y de tejido conjuntivo, sobre
todo colágeno, llamado fascia endopélvia.
¿Por qué se debilita?
·
Deportes que ocasionen
aumentos de presión intraabdominal como por ejemplo; correr.
·
Embarazo y parto: durante
el embarazo los cambios hormonales y el aumento de presión por el peso del
bebe provocan que la musculatura del
suelo se relaje. Esto asociado a un aumento de peso excesivo y al estreñimiento
pueden llevarnos a una incontinencia urinaria hacia el final del embarazo que
si no se controla se puede desarrollar después del parto. En el caso del parto
el estiramiento y compresión de las fibras musculares y nerviosas van a
provocar un debilitamiento del suelo pélvico, esto aumentará en caso de partos
instrumentalizados con fórceps, episiotomías, etc.
·
Postura: la actividad de
los músculos del suelo pélvico depende fundamentalmente de la posición los
huesos, así cuando estamos de pie su contracción debe ser mayor por el aumento
de carga que debe soportar. Se ha demostrado también mediante estudios
científicos que la posición neutra de la pelvis favorecen una mayor actividad
del suelo pélvico y del transverso. En cambio, la posición en flexión relaja la
musculatura abdominal e impide una correcta contracción del suelo pélvico y del
transverso predisponiendo así, a un mal funcionamiento de los órganos
intrapélvicos como por ejemplo, pérdidas de orina.
·
Mala alimentación: no
llevar una alimentación adecuada puede llevarnos a un estreñimiento o a un
sobrepeso. Estos factores influyen en el estado de nuestro suelo pélvico
fundamentalmente por el aumento de la presión a lo largo del día. En el caso de
estreñimiento asociado al esfuerzo defecatorio.
·
Menopausia: los cambios hormonales en esta
época son los responsables de los cambios en el suelo pélvico ya que la
formación de colágeno se ralentiza.
Ejercicios de Kegel: son
ejercicios de contracción voluntaria del suelo pélvico. Consisten en contraer
los músculos que se encargan de cerrar los esfínteres y de sujetar los órganos
de la pelvis. La mayor ventaja de estos ejercicios es que se pueden realizar en
cualquier postura y en cualquier lugar.
Reeducación postural: el
objetivo es aprender a colocar la columna, el tórax y la pelvis en una posición
neutra para que los músculos del suelo pélvico puedan contraerse con la mayor
eficacia.